¡Llegó la música!

La orquesta de cámara de un teatro municipal se embarca en la preparación de una pieza de Dmitri Shostakóvich. Para ello, cuentan con un director de orquesta peculiar, ya algo olvidado, contratado para la ocasión, y un solista de origen argentino-alemán que ha viajado especialmente.
En el contexto de disputas laborales, la esperanza de futuras giras, encuentros sociales fundacionales y los problemas inherentes al mundo del arte clásico (tanto local como foráneo), sumado a una sociedad adormecida y romances cruzados, el conjunto lucha por alcanzar la excelencia musical. Su única herramienta real para lograrlo es el gesto: ese instante de conexión fugaz y totalmente auténtico.